«El euro digital no vale para nada, va a nacer casi muerto. Es un fracaso absoluto». MAFO

En Reddeportiva.net nos complace el presentarles un vídeo que lleva un título que no hace justicia a su contenido, tanto por la amplitud con que es tocado el tema, como por la valía del entrevistado.  El sistema financiero en nuestro país requiere una reforma para poder cumplir a plenitud con lo que actualmente se espera de un buen sistema de este tipo para que su beneficio llegue tanto a la mayoría de los ciudadanos, como a la vez sirva de un efectivo apoyo para las grandes obras que son requeridas por nuestro desarrollo económico, en un entorno internacional tan complicado.   Nuestro país tiene una larga historia de instituciones financieras que nacieron desde el Virreinato como establecimientos de depósitos y crédito bajo control municipal, casas de empeño y montes de piedad.  En la segunda mitad del siglo XIX aparecieron las modernas instituciones bancarias que fueron motivo de una gran reforma en el año 1931 como consecuencia de la quiebra de la Bolsa de Nueva York y el colapso económico que desencadenó la Gran Depresión.  Durante la primera mitad del siglo XX se crearon los bancos de fomento y durante el 2do, gobierno del presidente Manuel Prado se crearon las Mutuales de Vivienda.  El Gobierno Militar inicia una etapa marcadamente intervencionista conforme a su concepción corporativista de la economía en la que incluyó la supervisión del mercado de valores.  Este sistema fue llevado a sus extremos por el primer gobierno de Alan García dando pie a que se presentara un periodo de liberalización de la economía que diera lugar a un tremendo vuelco en la concepción que, hasta ese momento, el ciudadano tenía del Estado, imponiéndose una visión en la que prevalece la economía de mercado.  No obstante, está claro que el actual sistema financiero no solo presenta un alto grado de concentración, sino que también surgen muchas quejas alrededor de su funcionamiento, a pesar de la fuerte innovación tecnológica que lo caracteriza.  También debemos decir que el sector financiero siempre se ha mostrado muy contrario a las reformas legales de su organización y de los fundamentos de su funcionamiento.  Por lo dicho, resulta imperativo que desde el mismo sector privado surjan sugerencias para la reforma del sector con el fin de calzar con las nuevas demandas financieras de nuestro desarrollo.