Diagnóstico errado en la política peruana

6/03/2022

En Reddeportiva.net opinamos que un gran sector de la ciudadanía incurre en un importante error de diagnóstico sobre la política peruana cuando concede al actual gobierno del Perú la condición de movimiento genuinamente político.  Desde nuestro punto de vista, la esencia de nuestro actual gobierno es totalmente distinta a lo que debe ser con el fin de garantizar su idoneidad, dejando sin justificación alguna su permanencia en el ejercicio legítimo del poder político.  El momento actual nos hace imaginar una situación similar a la de la fábula en que el lobo se disfraza de oveja pretendiendo engañar al pastor.  Sucede que en nuestro caso, muy pronto han salido a relucir las garras y la cola; por lo que estamos advertidos que la boca es muy grande y los dientes muy filudos, lo que nos hace pensar que están preparados “para comernos mejor”, en especial cuando ya se ha cumplido con dar el primer paso en la dirección señalada por cooperantes internacionales que requieren la destrucción de los fundamentos Constitucionales de nuestra Patria, al haberse emitido declaraciones públicas contrarias al Espíritu Patriótico, generando inequívocamente compromisos internacionales los cuales requieren ser rectificados a tiempo.

Para Reddeportiva.net, la actual crisis que estamos viviendo tiene su origen en un ataque a la sociedad peruana con fines políticos perpetrado desde el poder por la alianza de una plutocracia que se uniera con otro grupo reconocido como practicante del doble patrón de conducta.  Este ataque, potenciado con el uso de recursos del Estado, alcanzó niveles de abuso y violencia sin precedentes en nuestra historia en razón de la utilización de modernos métodos de manipulación mediática que sobrepasaron todas las defensas dejando a nuestra sociedad en una total indefensión y expuesta al peligro de desaparecer, como nunca lo estuvo en el pasado.

La controversia política y la defensa de la sociedad en que vivimos causaron un desgaste del tejido social muy profundo y un deterioro de la confianza en nuestro destino que eliminó toda opción de un proceso político y electoral equilibrado, en especial cuando se impuso un artero plan de gran envergadura que abarcó desde la neutralización del Ministerio Público hasta la destrucción de la administración de la Magistratura nacional, pasando por la obstaculización de la marcha del Tribunal Constitucional y la distorsión del funcionamiento del Jurado Nacional de Elecciones, entre otras anomalías que sería largo enumerar.

Es en estas circunstancias que se presenta la oportunidad para grupos oportunistas que no pensaron en compromisos políticos elevados ni en las responsabilidades que representaba el asumir los roles de autoridades de gobierno; sino por el contrario, se concentraron en favorecer sus actividades económicas marginales con apoyo económico de terceros y con el fin de superar ante la opinión pública el déficit de vocación de servicio que se les pudo haber observado, lo que resultaba más injustificable si los recursos financieros tenían origen ilícito al ser generados por organizaciones dedicadas a actividades que calificaban como faltas o delitos, invalidando sus pretensiones de participar en la vida política de la Nación al desnaturalizar los actos que debían ser en favor de los objetivos e intereses nacionales y que la ciudadanía esperaba sean cumplidos por quienes asumirían dichas funciones.

Es por eso que la población no está convencida de la legitimidad del presente gobierno, mostrándose como contraria a las reales propuestas del gobierno y a las autoridades nombradas o propuestas para ocupar puestos de alta responsabilidad, las cuales no califican para enfrentar las responsabilidades que generan los puestos para los cuales son propuestas y solo son capaces de producir desperdicio de recursos, daño por malas decisiones, extrañas vinculaciones y otras complicaciones que generan profunda animadversión general.

Ante lo expuesto, debe quedar claro para el lector de la presente nota que, quienes están desempeñando las funciones de gestión de la más alta jerarquía en nuestro país, no se encuentran premunidos en su naturaleza de la capacidad para desempeñar las responsabilidades a las cuales han tenido acceso con engaños.  Este argumento no sería suficiente de no haberse producido las declaraciones arriba denunciadas y que ponen en evidencia el disfraz utilizado para llegar en forma desleal y fuera del normal ejercicio de los supuestos que la Constitución misma señala como deberes indeclinables para el cumplimiento y el desempeño de tan altas responsabilidades.

Esperando que el Congreso Nacional alcance a tomar la decisión que tanto necesita el Perú de corregir el abuso impuesto a un país generoso, luego de cumplido con el debido proceso, nos despedimos.

Con el cariño de siempre,

Notas anteriores sobre el tema: https://reddeportiva.net/principal/?cat=200