Conversando con el Perú – Contexto de marchas de Noviembre 2020

En Reddeportiva.net nos sentimos obligados a continuar con el desarrollo del modelo que refleje el comportamiento político de la sociedad. Lo primero que decimos es que los ciudadanos deben estar conscientes que existen grupos políticos interesados en desinformar a la población en contraposición con los grupos orientados a construir un consenso que contribuya a encontrarnos con la Verdad. El primer tema de la desinformación que queremos destacar se relaciona con la posición de cada partido político en el espectro político. Por ejemplo, muchos miembros del partido Morado quieren hacerse pasar como ubicados en el centro o la izquierda del horizonte político cuando en realidad se ubican en la extrema derecha. También escuchamos afirmaciones que los partidos políticos conocidos como democráticos son de derecha cuando su tendencia normalmente es la de ubicarse en el centro del espectro. En la derecha normalmente encontraremos a grupos de poder ligados con actividades económicas que les dan la fuerza para desarrollar su influencia y liderazgo. En el extremo de esta derecha se encuentra un grupo plutócrata que claramente tiene un comportamiento que exalta y prioriza la «primacía de los intereses» que justifica con el lema de «a mis amigos todo; a los otros, la Ley». De la misma manera, a la izquierda tenemos dos sectores; el más cercano al centro se caracteriza por su defensa de las personas con poco poder económico y la posición extrema que se caracteriza por su propensión al uso de la violencia y la utilización de métodos poco sutiles de la confrontación y la extorsión. El tema da para mucho más, pero queremos terminar la nota haciendo notar que también existe un segundo horizonte relacionado con los patrones de conducta. Para simplificar diremos que el centro político se inclina por la «primacía de la realidad» que justifica la búsqueda de la verdad; en contraposición con la «primacía de los intereses» preferida por los extremos que justifica el «doble patrón de conducta» reflejándose en la creación de narrativas con la cuales tuercen la verdad histórica; lo cual sirve para orientar las campañas de desinformación cerrando el círculo con el que quedan conformados los puntos de partida para planes de acción paralelos que a la larga rompen la institucionalidad.