El sainete de la nacionalización del gas

El Perú viene sufriendo un sistemático ataque terrorista desde el Gobierno. No es aceptable que la ciudadanía viva bajo permanente amenazas del Poder Ejecutivo. Es claro que a este paso se va a llegar a enfermar mentalmente a toda la sociedad. Al Gobierno Central se llega para gobernar y no para ir de plaza en plaza echando discursos que alientan a la violencia, ablandando a la opinión pública e incitándola a prepararse para la quiebra del régimen constitucional. El lanzamiento de un programa de Reforma Agraria 2.0 mediante un quejoso discurso como si se encontrara todavía en la campaña electoral en lugar de hacer anuncios de gobernante que plantee soluciones o señale el camino por el cual llegar al desarrollo y a una vida en Paz entre todos los peruanos, crea un entorno de inquietud que no es de esperar desde las altas responsabilidades que ha asumido. No podemos seguir recibiendo una imagen que nos recuerda más a Cordero Velarde que a la de un gobernante prudente que busca un futuro mejor para todos los peruanos. Los continuos ataques que viene recibiendo la sociedad sin que el Presidente llame al orden a los alborotadores que siguen ocupando puestos públicos, solo crea inquietud, malestar e incita a la violencia, lo que no le corresponde como actividad propia de sus funciones las cuales aparentemente quiere abandonar sin que la gente se dé cuenta.