Continuando la construcción del modelo relativo al comportamiento de nuestra sociedad hemos dicho que una mejor interpretación la conseguimos haciendo cortes verticales que reflejan con más uniformidad, la generalizada aceptación social del comportamiento de la economía que lleva a los individuos a participar e integrarse a las actividades comercial, industrial, agrícola, u otras, aceptando principios elementales como la iniciativa personal o la conformación de precios por la tendencia al equilibrio de la oferta con la demanda en cada mercado. En el Perú, podemos decir que la gran mayoría entiende y participa en el diario quehacer convalidando en los hechos la colaboración y la construcción de un fin común. Los inconvenientes y conflictos empiezan a surgir cuando un sector de la población comienza a identificarse con objetivos particulares en contraposición con los generales ubicados en el justo medio, alejándose de los objetivos que pretenden por un lado impulsar el desarrollo nacional y por el otro una equitativa distribución de los beneficios buscando equilibrios al seguir reglas sobre las cuales regresaremos en próximas notas. Por ahora baste mencionar que esta visión se ha visto alterada por una alianza política alentada por un grupo plutócrata (ultraderecha) que llegó a conformar un grupo de trabajo que les permitió generar un entorno de corrupción al que se le identifica como caso «lava jato» cuyo proceso ha sido extendido hasta la fecha en que el gobierno ha caído en manos de un grupo de izquierda que fuera sistemáticamente excluido de la mencionada alianza. La gran pregunta que surge es podrá el grupo democrático conseguir unificar sus objetivos y adoptar metas comunes que a la larga permitan encarrilar la Patria por la senda del progreso democrático; o, caerá nuevamente el país en manos de la referida plutocracia y continuará pagando la gran estafa de la que hemos sido víctimas en forma de peajes, deuda externa y otros egresos que deberán ser transparentados por un Congreso Nacional que responda a los intereses del electorado o por una libertad de prensa auténtica y fiel a sus principios de defensa de los ciudadanos.