Nuestro país, debido a muchas razones que son de dominio público, está viviendo un momento político que se configura como decisivo para conseguir enrumbar su quehacer general por los caminos del desarrollo sostenido; o, para que un sector minoritario, aunque se autodefina y/o autodenomine como mayoritario, logre imponer un régimen dictatorial lo que significará una nueva oportunidad perdida para perfilar acciones y cadenas de valor que evaluadas en conjunto puedan considerarse como una exitosa estrategia de desarrollo económico.  De acuerdo con nuestro ordenamiento Constitucional, las capacidades de gestión del Estado han sido concentradas en el Poder Ejecutivo con gran énfasis al perfilar un Poder Legislativo muy maniatado para servir en forma efectiva a los electores que dice representar.  El Gobierno no puede ignorar que el pueblo peruano ha caminado mucho más rápido que las ideologías del siglo XIX y XX y para botón de muestra es suficiente hacer referencia a la gran cantidad de peruanos que tuvieron que regresar a sus poblados al interior de nuestro país (cuando apareció la pandemia) donde sí tenían alimentos para poder sostenerse con salud así como fuentes de trabajo para dedicarse a la creación de riqueza.  Es evidente que actualmente estamos viviendo una coyuntura, cuyas razones hemos caracterizado como de dominio público, que ha significado una pérdida de oportunidades las cuales estaban siendo trabajadas como proyectos personales en condiciones a las que le es aplicable el dicho: «el país avanzaba de noche, cuando los políticos dormían».  Aunque estamos conscientes que las líneas que anteceden es una descripción hecha con brocha gorda, debemos precisar que el Gobierno debe tomar conciencia que el pueblo peruano está muy consciente de lo que había conquistado con su trabajo y sacrificio, así como dónde se encuentran los problemas (porque si alguna virtud hemos alcanzado los peruanos en los últimos tiempos, ésta reside en la muy acentuada característica de movilidad social la cual ha funcionado con mucha efectividad) condicionando a las autoridades para priorizar su recuperación y no de agudizar las contradicciones ya que una estrategia con objetivos basados en la lucha del tipo bolchevique, marxista o comunista contradice abiertamente su experiencia de vida.  Lo dicho indicaría que el gobierno en ejercicio está obligado a comprender que el pueblo en gran medida, mayoritariamente como les gustaría decir, espera que sus autoridades se remanguen la camisa y se pongan a trabajar prioritariamente en asuntos prácticos sin que estén obligados a abandonar sus proyectos políticos personales los que pueden seguir siendo elaborados sin perjuicio de la salud, la educación y el bienestar general.  La evaluación de un régimen parlamentario es muy importante porque puede significar un cambio radical para bien, si de conseguir una comunicación más fluida entre los políticos y sus representados se trata (ver: https://reddeportiva.net/principal/?p=110084 ).