Introducción al tema de cómo ha sido posible que se produzca un ataque tan profundo y prolongado a la sociedad peruana.

El punto de partida es una particular escala de valores ambigua que les permite anteponer sus propios intereses a los del bien común de la gran mayoría de los peruanos, sin preocupación o lamento alguno.

Partimos de una sobrevaloración de la importancia del dinero y una conveniente subvaloración de las personas que no califican para integrar el grupo.  La consecuencia inmediata de esta distorsión es la exacta identificación de los intereses del grupo, separándolos de los intereses nacionales.  Es decir, el compromiso del grupo dominante es con su bolsillo y no con el desarrollo nacional.

La frase que estamos consignando como representativa de este comportamiento es la de “a mis amigos, todo; a los otros, la Ley”.  Esta interpretación es concordante con la práctica usual del doble patrón de conducta, el cual también forma parte importante de todo el paquete que, bajo sus distintas manifestaciones, pretendemos denunciar.

El haberse mantenido en el poder por tantos años, exige un dominio y control de las actividades económicas y de gobierno muy enraizados, lo que le ha permitido no solo cerrar los negocios y negociados que recién ahora se están conociendo en toda su extensión; sino también, el combatir exitosamente a todos los grupos contrarios que por las buenas o por las malas le han disputado el terreno que consideran como de su uso exclusivo.

El grupo dominante cuenta con una estrategia orientada a introducir, en el tejido social, conceptos y comportamientos en forma disimulada, lo que aumenta las posibilidades de éxito tanto de sus iniciativas, como de su propia supervivencia.

Entre las acciones consideradas como estratégicas, podemos destacar las siguientes:

  1. La adecuación del ordenamiento legal con el fin de facilitar sus actividades mercantilistas.
  2. La modificación del lenguaje común introduciendo giros particulares en el significado de determinadas palabras con el fin de utilizarlas en campañas de demolición de los grupos que se interpongan en su camino, así como en sus intentos de modificación de la opinión pública.
  3. El fortalecimiento de grupos paralelos que distorsionan las lealtades, debilitando la institucionalidad del Estado.
  4. El debilitamiento de todo tipo de organización en nuestra sociedad, impulsando un ordenamiento contradictorio, evasivo y muy indisciplinado, que fomenta la falta de respeto y el incumplimiento de las reglas. 
  5. El empoderamiento de una clientela que contribuye, mediante prácticas de todo tipo, a mantener el “orden establecido” haciendo progresar los proyectos con padrinos y frenando aquellos que no cumplan los “estándares” fijados por los intereses creados.
  6. El control de parte importante del Presupuesto Nacional, con el que consigue multiplicar el peso de su propio patrimonio.
  7. La instrumentalización de un importante sector de los medios privados de comunicación, lo que les permite no solo la manipulación de la opinión pública, sino también victorias en la lucha política gracias a la competencia desleal que significa el gozar del subsidio estatal.
  8. La concertación de alianzas políticas con grupos en los que predominan escalas de valores ambiguas, en especial por el lado del doble patrón de conducta, aunque difieran drásticamente en los objetivos sociales e intereses políticos, con el fin de neutralizar las opciones mayoritarias de la población, más alineadas con el interés común.

La lista de acciones antes mencionada requiere una descripción, como puede haber muchas, que presente en palabras simples una interpretación, posiblemente personal, de la experiencia de cómo se ha sufrido el atropello de dicho grupo, con el fin de que cada lector pueda hacer un análisis similar desde su propia perspectiva.

En principio, el grupo dominante tiene un núcleo duro que funciona como una compleja organización con características de red, la que es afín tanto a su origen como a sus objetivos de dominio y los métodos abusivos que emplea.

Es evidente que en el núcleo hay un grupo de expertos que monitorea el comportamiento social y presenta propuestas de premio y castigo, así como de avance o sigilosa retirada.  Es este grupo el que identifica peligros y oportunidades, determinando prioridades para la asignación de recursos.

Para hacer efectivo su poder sobre la sociedad, el núcleo requiere de un extenso grupo de personas con características de incondicionales que se presten a coaptar instituciones, organismos reguladores y cualquier otra organización que permita hacer realidad sus proyectos.

Es este grupo, al que denominamos clientela, el que se encarga del trabajo sucio, de elucubrar las justificaciones que sean necesarias, de convencer a potenciales víctimas de las ventajas de sus propuestas que suelen convertirse en emboscadas difíciles de superar por el control oculto que los atacantes ejercen sobre el entorno, llegando a operar en algunos casos como fuerza de choque.

Para dejar en claro lo malsano de este accionar debemos señalar que nuestro país ocupa un espacio privilegiado donde floreció una de las civilizaciones originarias la cual deja sentir su influencia hasta la actualidad.

Sin embargo, se hace prosperar subsidiados criterios ajenos, negándose las posibilidades de éxito a amplios sectores de la población que no consiguen diseñar estrategias propias que logren el necesario apoyo a nivel de los órganos de gobierno.

Otro ejemplo de subvaloración lo encontramos en la poca importancia que se da a nuestra posición geográfica que posee la única cordillera con orientación norte-sur en nuestro planeta, la cual corta y direcciona vientos motivando el nombre de Pacífico para un océano.  La corriente fría de Humbold que crea condiciones de riqueza muy particulares, las que no solo no aprovechamos, sino, por el contrario, deterioramos a un ritmo de ojos vista.

Otro elemento importante a considerar en las grandes decisiones de gobierno lo tenemos en la ubicación cercana a la línea ecuatorial que dispone la presencia solar en condiciones privilegias que no se dan en otras latitudes.

Es por eso que resulta difícil de entender la poca utilidad que nos presta el gas de Camisea o el empeño puesto en la refinería del petróleo.

Sin embargo, no podemos dejar de mencionar, por el importante rol desempeñado en todo este complejo panorama, a los medios de prensa que son capaces de vender su alma y hacernos creer que no están enterados de la abierta manipulación de la opinión pública, que crea personajes y corrientes de opinión donde solo hay complicidad con intereses que prefieren las sombras con el fin de no ser procesados como organización criminal.

Creemos que la idea general que nos hemos propuesto alcanzarles está cubierta, por lo que es conveniente dar por terminada la presente nota.

Con el cariño de siempre,