En anteriores notas (ver https://reddeportiva.net/principal/?cat=36) hemos hecho una aproximación a cómo interpretamos nuestra realidad, apuntando algunos hechos de importancia que confirman que nuestro país marcha a la deriva y al que un grupo muy reducido de personas impone sus propios intereses mediante el poder de su dinero.
De su dinero y el del Presupuesto Nacional que finalmente consiguen dirigir y orientar, haciendo caminar los proyectos que los favorecen y frenar los otros en que pudieran no tener mayor tajada o su participación es pequeña, como puede ser la reconstrucción del norte.
Nos estamos refiriendo a la derrota de un importante sector de nuestra sociedad, como lo es la representación mayoritaria en el Congreso Nacional, y la feroz lucha que dieran los medios periodísticos con el fin de conseguir los mencionados resultados, de una confrontación en que hay una aparente repartición de beneficios, pero que claramente son platos de lentejas cuando son observados en una estrategia de largo plazo.
Obras son amores y no buenas razones. El grupo dominante ha desarrollado enormes habilidades para manejar la opinión pública, a partir de su último fracaso como fue el golpe de 1992.
Podremos evaluar nuestro desarrollo deportivo con los próximos Panamericanos y Para-Panamericanos, si los medios periodísticos lo permiten ya que, estamos seguros, nuevamente nos llevarán por los caminos sentimentales y de las victorias morales, en lugar de los tiempos, las distancias y los logros reales. Un buen índice de nuestro nivel será la posición que ocupemos en el medallero correspondiente.
Un tema que nos preocupa es la reparación del daño causado por la corrupción en los últimos periodos presidenciales. No vemos que el Poder Ejecutivo haya dado reglas claras para conseguir que nuestro país logre un trato justo, lo que significará que en los próximos años las grandes mayorías deberán soportar una carga económica muy fuerte, porque mucho del estropicio ha sido financiado y se encuentra por pagar.
Otros temas en el mismo sentido son los servicios públicos bajo regulación que nos están imponiendo tarifas y procedimientos abusivos sin que las entidades supervisoras tomen las medidas correspondientes; o, los peajes que cobrarán quienes recibieron negocios en marcha, con características de monopolio, a precios de regalo y que actúan sin penalización alguna porque, con una corrupción tan generalizada, ni recurriendo a la Justicia Estatal tenemos la esperanza de poder corregir estas malas conductas.
Esta nota está siendo demasiado larga, por lo que esperamos regresar en otro día, pero en forma más ordenada.
Con el cariño de siempre,