Acciones para recuperarse de los traspiés políticos que deja la alianza política plutócrata-caviar (continuación)

Nuestra afirmación se basa en que si bien del lado de la izquierda están identificados con claridad los políticos responsables de las ilegales acciones que abonan la crisis de confianza y dan motivo a las dudas que surgen al hablar de una reforma de la Constitución; se puede decir que del lado de los llamados demócratas está pendiente la identificación de los políticos que impulsaron tanto el proceso de dominación que ha comprometido nuestra institucionalidad, como la generación de la grave crisis moral en que hemos caído. 

Hacen bien quienes opinan que los procesos judiciales deben marchar con independencia de la política partidaria.  Por lo tanto, tenemos que permitir la mayor actuación del Congreso Nacional donde se concentran las más elevadas atribuciones políticas.  Es en este foro donde tendrán que darse los conatos y enfrentamientos verbales de la lucha por el poder; es en el Parlamento donde tendrán que discutirse los temas que interesan a la opinión pública, en especial para erradicar los puntos críticos que crean profundas inquietudes de carácter moral como las actuales relaciones políticas entre el Ministro de Defensa y las Fuerzas Armadas, así como otras a ser escogidas con mejor opinión.  De producirse una selección inteligente de los temas políticos y el orden en que serán presentados a discusión, las fuerzas democráticas tendrán un mejor posicionamiento para posponer y/o detener la disolución del Congreso Nacional, así como volver a la normalidad de la mejor forma en el caso contario.

Las estrategias y las tácticas de la izquierda tienen como cuestión central el magisterio nacional y el control que actualmente ejerce el SUTEP.  Las estrategias y las tácticas de las fuerzas democráticas tienen como cuestión central no solo conseguir la mencionada unidad tanto en los conceptos democráticos como en los principios morales y éticos, incluyendo Códigos de Conducta;  sino también en comenzar a cimentar su organización como partidos políticos activos que asumen la efectiva defensa de intereses abandonados en los últimos tiempos como: los de los niños y las mujeres en situación vulnerable, los presos en las cárceles del país, los enfermos y los profesionales de la salud que viven en completo desamparo, la defensa especializada de los derechos de los consumidores vinculables con la optimización del fiel cumplimiento de las reglas del mercado, etc.; organizando actividades dirigidas partidariamente, a través de cuerpos de voluntarios, destinadas a robustecer el ejercicio profesional adherido a los más elevados Valores y Principios, para la mejor protección de la sociedad.

Pendiente queda la cuestión del primer Consejo de Ministros y la calidad de sus objetivos, sea como espolón de proa para derribar una Constitución; o, como una solución temporal ante el cortísimo periodo para organizar una ordenada trasferencia del gobierno.  Las reuniones del Primer Ministro con los representantes de las bancadas reconocidas en el Congreso Nacional tendrán mucho que decir para una mejor orientación de la opinión pública.