Dificultades para identificar el Bien Común en la sociedad peruana (continuación)

Evidentemente, no podremos prescindir de una visión para nuestro entorno geopolítico integrado por las naciones latinoamericanas, lo que desarrollaremos en otra oportunidad.

Nuestro país vive una crisis muy grave producto de la conjunción de una clase acomodada que se suponía estaba dirigiendo el país hacia objetivos de bienestar general, cuando hablaba de mejorar la educación, la salud, el empleo, el comercio exterior, la infraestructura (carreteras, puentes, irrigaciones, etc.), entre otros temas, pero que ha fallado al no poder controlar un proceso de corrupción que está minando el desarrollo nacional; y, de un ataque de fuerzas y poderes económicos mundiales que no se someten a las reglas de convivencia internacional que para bienestar de la humanidad se viene poniendo en marcha.

Para salir de esta crisis requerimos contar con una explicación de la realidad nacional en la que vivimos, así como una visión de futuro que solo podremos acordar luego de conseguir un mínimo de organización social.

La solución de nuestros problemas debe ser personalizada.  Se debe tener en cuenta todo hecho o acontecimiento con características de trascendencia social para poder llegar a objetivos muy afinados.  Desgraciadamente, en el camino encontraremos muchos intereses que intencionalmente tratarán de modificar la dirección a seguir.  El caso típico de esta tergiversación lo tenemos en la gigantesca desinformación de la cual es víctima la sociedad peruana, como consecuencia de la coordinada actuación de los medios de información más importantes, puestos al servicio de intereses económicos particulares los cuales deberán ser evidenciados por el Ministerio Público (fiscales) luego de un debido proceso anticorrupción, actualmente en curso, ante el Poder Judicial.

En el diseño de la estrategia a seguir debemos tener en cuenta hechos como los siguientes.  Cuando los españoles llegaron a los Andes, la población del Perú se estima era de 30 millones de habitantes.  Por razones de enfermedades desconocidas en estos territorios, regímenes políticos de carácter imperial, entre otros factores, la población disminuyó al nivel de poco más 3 millones de habitantes a mediados del siglo XIX, con lo que se puede decir que la actual población ha vuelto a crecer al amparo de un nuevo régimen en el que prima las características del mestizaje.

Otro factor a tener en cuenta, es el trascendental cambio en las características de ocupación del territorio.  Recientemente, nos hemos dado con la sorpresa en que por primera vez la población de la costa supera a aquella que vive en la sierra, como consecuencia de un desarrollo económico orientado a la producción de bienes y servicios más vinculados al comercio exterior que al mercado interno.  Mucho se insiste en la necesidad de ejecutar un plan de industrialización como condición para el progreso nacional.  En este punto, pensamos que es conveniente introducir una variante a dicho enfoque como el producir bienes y servicios para el consumo final, los cuales no necesariamente deben ser industriales, como son los alimentos; o, servicios a base del buen trato que caracteriza a la población peruana como enfermería, restaurantes, etc.

La ciudad de Lima, que concentra un alto porcentaje de la población, debe contar con un plan de desarrollo funcional que favorezca lo antes mencionado.  Su desmesurado crecimiento es un fenómeno reciente, a partir de la inauguración del canal de Panamá en 1914, el que se ha visto repotenciado con una reciente modificación en su diseño, siendo de esperar mayores efectos en el corto plazo.  Complementando lo dicho, cobra mucha importancia el potencial energético del río Marañón, a la altura de los pongos de Rentema y Manseriche, que podría cambiar toda la geopolítica de la región.  Igualmente, el mineroducto que sustituirá al actual medio de transporte utilizado para el traslado de los concentrados producidos por las Bambas, el cual podría negociarse en forma tal que revalore las tierras de la Región Ica.

En otras palabras, requerimos de una sólida institucionalización que se dé la mano con una clara identificación de los intereses nacionales y un fuerte compromiso para cumplir con lo prometido.

En este punto, llegamos a la escala de Valores y Principios bajo los cuales organizar a la sociedad peruana y cuyos lineamientos estamos lejos de acordar.  Ese es el reto que deberemos enfrentar en el corto plazo.

Si de paso, necesitamos algo de capital de trabajo para poner en marcha todos estos proyectos, el sector minero tranquilamente lo podría generar.

Con el cariño de siempre,

Notas anteriores sobre el tema: https://reddeportiva.net/principal/?cat=200

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