Juan Sheput sobre Vladimir Cerrón y un sector de Perú Libre rompen con Pedro Castillo | PBO

En Reddeportiva.net queremos señalar una omisión en el pensamiento del entrevistado que está definida por nuestra Constitución actual. El Estado peruano ha retrocedido en su accionar hasta límites inimaginables, inclusive en los sectores de la educación, la salud y la seguridad ciudadana. Lo que queremos decir es que la población tiene en su primer pensamiento el poder solventar la educación de sus hijos en nidos y escuelas privadas; en salud recurre a los Hospitales de la Solidaridad y a la información que le llega por fuera de los canales oficiales, lo que quedó registrado cuando nos enteramos que los mismos médicos del seguro social actuaban en forma distinta a lo prescrito en los protocolos oficiales; en seguridad ciudadana es claro que mucho de la responsabilidad por el manejo de la atención al público recae en los vigilantes y el serenazgo. En otras palabras «estas son realidades» en que las ollas comunes son socorridas por soluciones provenientes del «sector privado» ya que el Estado con toda su capacidad regulatoria no da pie con bola; en que la Justicia más efectiva se alcanza fuera del Sistema Judicial, con lo que no queremos decir «por mano propia»; en que el Ministerio de Trabajo está pintado en la pared porque el 80% de la PEA se encuentra en el sector informal; entre muchos otros ejemplos que estamos seguros usted amable lector estará pensando. Constitucionalmente, el sector privado ha conseguido un ordenamiento que le permite funcionar con mucha independencia ya que en gran medida las operaciones comerciales se han internacionalizado por lo que su funcionamiento no depende de nuestras autoridades sino de organizaciones internacionales a través de las cuales nos integramos con el mundo haciendo que las cosas fluyan favorablemente. Y ni hablar de los trámites municipales que se han convertido en un arte que pocos entienden y manejan. En una sociedad como la nuestra en que las relaciones clientelares han alcanzado proporciones desconocidas, podemos decir que el viejo refrán que ponía énfasis en el padrino para poder bautizarse, ahora simplemente se ha convertido en la relación con el grupo controlador por no decir mafioso que han aprendido a vivir cual parásitos que entienden que no pueden dejar que muera su víctima porque corren el riesgo de desaparecer ellos mismos.