Confiep: «Saludamos el nombramiento del gabinete que preside Mirtha Vásquez»

Para Reddeportiva.net, la CONFIEP no está entendiendo bien el papel que la sociedad peruana espera que cumpla la organización que representa a sus empresarios. Los empresarios deben ser ejemplo del comportamiento de las élites que reciben los beneficios de la convivencia en una sociedad pacifica, tolerante, reconocida, recíproca y solidaria. No es que los peruanos esperamos que los empresarios tengan comportamientos de héroes, tampoco de santos, deportistas, ni de personas calificadas. En el Perú existe un profundo entorno cultural que le da la continuidad de un proceso iniciado miles de años atrás en la Historia que se caracteriza por su amabilidad y su disposición al intercambio comercial con mutuo beneficio. Si nuestros empresarios no son capaces de diferenciarse de los empresarios extranjeros, no deben esperar una mayor participación de nuestro progreso, en especial cuando de construir consensos se trata. No creemos que los empresarios peruanos tengan mayores méritos, por los logros alcanzados en los últimos 30 años, que el común de todos los peruanos. Más bien pensamos que los empresarios se encuentran al debe por no haber defendido las mejores tradiciones de comportamiento ético y moral que todos recordamos haber escuchado de nuestros mayores; por no haber llamado al orden y supervisado el comportamiento de sus afiliados; por haber permanecido ciegos, sordos y mudos ante una campaña mediática de odio y demolición, que si bien ha bajado mucho en su penosa labor, aún se escuchan voces que no tienen otro sentido que ser provenientes de una mala formación y una peor intención; por no haber cumplido con un mínimo de diligencia en la identificación y defensa de los intereses nacionales; entre las más significativas. En la mejor tradición de vida familiar y regular de nuestra sociedad, con una mayoritaria identificación con lo romano, siempre se esperó el comportamiento prudente y leal de todos los hombres de bien. Dicho todo lo anterior, no podemos resistirnos a dar nuestro parecer sobre modestias y las dudas que surgen cuando al parecer se fijan más en la paja del ojo ajeno, sin reparar en la viga del propio.